¿Qué es la fascia?

La fascia es el tejido conectivo que le da a nuestro cuerpo su aspecto individual. Atraviesa continuos cambios y se adapta a los desafíos físicos que afectan nuestro cuerpo a diario. La fascia está expuesta a tensiones especialmente demandantes y a lesiones, irritación e inflamación y reacciona cambiando su forma y engrosándose para proteger la zona debilitada a fin de estabilizar el cuerpo contra daños posteriores. Al hacerlo, pierde elasticidad, se contrae y se endurece para construir un tejido de granulación. La desventaja de este marco protector es la formación de asimetrías físicas que conducen a la concentración de peso de un lado, lo cual produce un impacto negativo en la postura física a largo plazo. De esta forma, en seguida se reduce la capacidad de movimiento y aparece el dolor.

La importancia de la fascia en el Rolfing

La fascia está atravesada por receptores sensibles que reaccionan a la presión mecánica y al calor. Bajo el impacto de estas formas de energía, cambia la viscosidad y se reorganiza. El Rolfing aprovecha esta habilidad particular al moldear el cuerpo de nuevo a su estado de equilibrio.

Durante mucho tiempo, el papel de la fascia había sido ignorado por la medicina convencional. Sin embargo, hoy en día expertos de todo el mundo investigan este fascinante tejido multifuncional, que aún tiene muchos secretos por revelar.

  • pdf_iconInvestigación sobre la fascia, WDR, 01/13